Antes de centrarnos en lo que anuncia el título de esta entrada, vamos a mostrar algunas fotografías de cómo va la restauración. Actualmente poco va quedando y Belén está terminando con la limpieza de la estera, píes y peana.
Una curiosidad: la peana es muy posterior a la talla, por ello creemos que la antigua fuera cambiada o por su mal estado o porque cuando se decidió que en 1949 la imagen saliera en procesión, la imagen necesitaba una base más grande y estable.
Y ya, volviendo al titular, si no hubiera sido por él, la talla de María Magdalena Penitente no habría acabado en la entonces colegiata de La Redonda. Aunque no se haya encontrado en los archivos algo que así lo atestigüe, ni existen, (que conozcamos), documentos que afirmen que él fuera el donante, existen varios hechos y detalles que nos ayudan a defender que él hiciera la donación, (ya lo explicábamos en una entrada anterior).
Su dádiva , (junto con otras obras, tallas y cuadros, para dar mayor realce a La Redonda), hizo posible que pasados doscientos cinco años de su muerte, María Magdalena, saliera por primera vez en la Magna Procesión del Santo Entierro de nuestra ciudad. Pero conozcamos un poco mejor quién fue don Manuel de Samaniego y Jaca gracias a dos libros:
El primero: Anotaciones para el episcopologio De la Iglesia de Santiago el Real, escrito por don José Mª López de Toledo -(1950).
¡Gracias don Manuel, su donación fue la semilla que hizo germinar muchas cosas, entre ellas, una cofradía!
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