viernes, 28 de febrero de 2020

¿Ya queda menos?



Un año más y casi sin darnos cuenta estaremos inmersos preparando pasos, trajes,… La Hermandad de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño y las cofradías que la integran ya tienen programados varios actos durante la Cuaresma. Preludio a la Semana Mayor y que cada año preparan a la ciudad a vivir con intensidad y espiritualidad la Semana Santa.
Cuaresma 2020


Del mismo modo, también se ha presentado el cartel anunciador de este año. La imagen escogida es la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén o “La Borriquita”, (como se conoce popularmente), a su paso por la puerta principal de la Imperial Iglesia de Santa María de Palacio. El autor, Jaime Ocón Paillao, explicaba con detalle el sentido de la fotografía, en el programa Mediodía de COPE:

“El paso de la Borriquita de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén nos anuncia la llegada de nuestra Semana Santa en un marco arquitectónico en donde podemos observar en la hornacina la Asunción de la Virgen María a los cielos, flanqueada por los escudos de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. La simbología de este cartel nos recuerda que las cofradías están abiertas, salen a las calles de Logroño a evangelizar y nos hacen artífices del anuncio misionero en una Iglesia en salida inmersa en la Misión Diocesana EUNTES”. COPE.la centenaria cofradía de Jesús Nazareno y Ntra Sra. de los Dolores, la cuál cumple su 130 aniversario este año.Poco a poco





Paso a paso nos vamos acercando al esperado Domingo de Ramos. Reuniones, ensayos, trajín para organizar y preparar,…, todo va afín a estos tiempos. Ahora nuestras vidas son una veloz carrera por hacer mucho pero abarcar poco. Lo importante es llegar a la “meta cueste lo cueste aunque acabemos agotados e incluso dejando “gente aparcada o apartada”. Vivimos en una sociedad en el que todo vale y lo importante muchas veces se queda en lo superficial, no profundizamos y mucho menos interiorizamos. Y a la hora de hacer autocrítica, siempre nos encanta echar balones fuera y culpar a otros de nuestros males y problemas. Y en este aspecto las cofradías no se escapan de este dañino “virus actual” y, no precisamente el COVID-19. ¿Hemos perdido identidad y sentido? ¿Hemos sabido adaptarnos a la sociedad actual? ¿Mantenemos encendida la esencia auténtica de la Semana Santa durante todo el año o sólo unos días?... Dependiendo de las respuestas sabremos si falta menos o no.


sábado, 1 de febrero de 2020

La cuenta atrás...


Desde el otoño pasado, la sección de instrumentos comenzó sus ensayos para preparar los toques y marchas de cara a la próxima Semana Santa. Esfuerzo, sacrificio, ilusión, …
En definitiva, trabajo fraternal y en hermandad con el fin de aportar cada uno su granito de arena para que el Jueves y Viernes Santo todo salga a la perfección.




Será el 17 de abril de 1992, cuando el querido y añorado Hermano Mayor Ángel Castillo presenta en la asamblea general, previa a la procesión del Santo Entierro, la creación de una banda de tambores con el objetivo de "enganchar" a nuevos cofrades y asegurar en un futuro el relevo generacional.
Del mismo modo se nombra a Alfredo del Río, jefe de tambores, siendo el encargado de dirigir a la nueva banda que con veintitrés integrantes inicia en octubre de ese mismo año sus primeros ensayos.  







Desde 1992 hasta el año 2004 la cofradía pasó de estar compuesta por unos cincuenta cofrades a más de ciento sesenta. En un periodo de diez años se triplica el número pero lamentablemente este aumento se concentró en la banda. No hubo el “relevo” soñado y pensado en el pasado por Ángel y su Junta en el resto de secciones. Todo ello acabará "pasando factura".

La banda comienza a gestionarse independientemente de la cofradía generándose inmediatamente serios problemas internos que principalmente se centraron en una pérdida de identidad como cofradía, bajas,… y, que termina con la desaparición de la banda al concluir la Semana Santa de 2005. 



En el año 2006, Luis Martínez, Hermano Mayor, refunda la sección de instrumentos gracias a su empeño y el de su Junta. Desde entonces, como ocurre en el resto de cofradías de nuestra ciudad las "altas y bajas" en esta sección son comparables al recorrido de una "montaña rusa". Muchas de las bajas no entendían que pertenecer a una cofradía es algo más que salir en una procesión con un tambor o bombo, tocar, desfilar, ir de exaltaciones,…. A lo mejor creían que sin ellos, como ocurrió en el año 2004, todo se iría al traste. 
Afortunadamente este suceso fortaleció nuestra cofradía y ayudó a redescubrir su identidad, su carácter familiar y, sobre todo a recordarnos que María Magdalena está por encima de todos y todo.