lunes, 7 de diciembre de 2020

NAVIDAD

 

La Navidad se acerca y en nuestro interior se entremezclan sentimientos de felicidad, alegría y ternura, con otros de tristeza y melancolía. Cada uno de nosotros tendremos un recuerdo distinto pero quizás este año sea una Navidad especial. Sí, una nueva oportunidad para vivir realmente la Navidad.


Todos coincidiremos en que es una de las festividades importantes del cristianismo. En una sociedad como la nuestra, tan polarizada, tan escasa de valores y tan de postureo y cara a la galería, celebrar la Navidad cada vez más, supone un mero acto social y festivo. Y si no basta con leer el plan estratégico para estas Navidades por la COVID para darnos cuenta de ello.

Lamentablemente hemos llegado a un punto tan mediocre e infantil como sociedad que somos incapaces de gestionar nuestro propio destino, como si necesitáramos de un castigo para entender dónde están los límites. Creemos que en la vida todo deben ser facilidades, alegrías y si ocurre lo contrario lo obviamos, buscando falsas expectativas y endulzando el dolor.

¡No! No saldremos más fuertes, como decían algunos pero sí más simples, infantiles y manipulables. Hemos cambiado valores fundamentales en la vida por los mensajes de Mr. Wonderfull para no enfrentarnos a la realidad. Y claro, tener unos valores religiosos fuertes, son fundamentales para evitar todo lo anteriormente expuesto. Por ello, lo religioso ya no se lleva, como es algo retrógrado y por supuesto nada progre, no nos sirve para nada y debemos evitarlo. Por eso, ha generado tanto debate el cómo celebrar la Navidad este fatídico año.  Al ir eliminando a lo largo de los años su sentido religioso, convirtiéndola en algo minúsculo, superficial, comercial, sin sentido e interiorizándonos de que no hay nada más extraordinario como unas navidades laicas, llenas de regalos, comidas, cenas de empresa, consumismo y sobre todo vacías de contenido, …, hemos llegado a esto.

Lo siento mucho pero dar la vuelta a este sinsentido depende de nosotros. Este año tenemos una magnífica oportunidad para celebrar la Navidad con mayúsculas: El nacimiento de Jesús, el momento en el que Dios se hace hombre. El anuncio de la alegría, esperanza, paz y luz. El encuentro con Jesús que de nuevo nos llama a nuestro corazón buscando posada y refugio. Ojalá un año más podamos encontrarnos con el Niño Dios. FELIZ NAVIDAD.

Santa María Magdalena, ruega por nosotros.