viernes, 6 de mayo de 2022

SEMANA SANTA 2022

Pasada nuestra Semana Mayor, es momento de rememorar todo lo experimentado durante estos días tan especiales, llenos de fe y sentimiento. Una Semana Santa muy esperada y deseada. Tanta espera y deseo ha ayudado a vivir y sentirla con mayor profundidad; haciéndonos entender mejor por qué la celebramos y loamos.


Domingo de Ramos


Tras dos años de impasse, fue una bendición preparar nuestros trajes y ramos. El camino veloz hacia La Redonda, vestirnos y la inquietud en la plaza del Mercado antes de iniciar la procesión de “La Borriquita”, fue el paso previo a una semana llena de esperanza, emoción e ilusión. También fue un día muy especial en nuestra familia, Jaime, nuestro hijo pequeño, ferviente seguidor de este paso, comenzó su “andadura cofrade”, haciendo realidad su sueño: acompañar a Jesús en su burrita.



Lunes Santo

Sorpresiva fue la procesión del Cautivo de este año. Fue como viajar hasta cualquier localidad del sur de nuestro país y presenciar su desfile. Esta procesión ha importado y escenifica a la perfección la tradición semanasantera sevillana. Gustará más o menos. Todos mis respetos hacia la cofradía que la organiza pero personalmente no es el tipo de procesión que me guste pero es fiel reflejo de la heterogeneidad de nuestra Semana Mayor.




Martes Santo


Este día de dos procesiones separadas por una hora, dividen a nuestra ciudad.

La primera partiendo desde un marco único como es la iglesia de San Bartolomé. La segunda desde Santa Teresita, donde de nuevo encontramos a otra cofradía logroñesa  procesionando a “estilo Sevilla”. Parece que la “invasión sevillana” por las Semanas Santas españolas es un hecho.






Miércoles Santo


Por la mañana acudimos a uno de los actos importantes de esta semana organizado por la cofradía del Santo Sepulcro, sumándonos junto a cientos de fieles a cumplir la tradición y venerar a su Cristo Yaciente.


Ya por la tarde y como se lleva realizando desde hace veintiséis años, a las 18:00 horas los cofrades encargados de bajar la imagen, estaban preparados frente a la sacristía para realizar su traslado hasta la capilla de Los Ángeles. 

Lamentablemente, me resultó imposible estar allí pero a este sencillo acto, todo cofrade magdaleno o no, debiera “anotar en su agenda” para acudir sí o sí. Siendo el momento en el que uno puede estar más cerca de María Magdalena, transmitiendo como sólo ella sabe: calma, serenidad y paz.








Jueves Santo


Día ilusionante y esperanzador. Por fin, tras un paréntesis volvimos a experimentar la magia de un Jueves Santo lleno de fuertes emociones.


La primera sin duda fue el saludo a cofrades amigos de otras cofradías como siempre había hecho. Hablando de nuestras vidas, la pandemia, la guerra, la Semana Santa, de nuestras cofradías, …, arreglando el mundo cofrade o quizás desarreglándolo pero siempre tan necesitados de él.


Por la tarde, Nicolás, nuestro hijo mayor, gran devoto del Nazareno, nos llevó a velocidad de crucero hasta Portales para ver la procesión del Nazareno antiguo. Después, casi sin demora, Escolapios y tras su paso, tocaba ir a ver a La Piedad. Sólo faltaba el Descendimiento pero con ellos la cita era a las doce de la noche, “encontrándonos” en la plaza del Mercado a las puertas de La Redonda.










Ya por la noche llega la inquietud, las idas y venidas esperando a que den las doce. Caras tensas, alegres, expectantes e incluso tristes ..., tiempo de reflexión, recogimiento y rezo en comunidad y familia de todos los cofrades y devotos presentes en la capilla de Nuestra Señora de Los Ángeles. 

Tras la oración del Silencio y desde 2018 sin poder hacerlo, se inició una procesión con los sentimientos a flor de piel. Tanto tiempo aguardando con paciencia este momento, favoreció a experimentar sin lugar a dudas uno de los instantes más vibrantes y conmovedores de esta Semana Santa.







 

Viernes Santo




El día más importante de la Semana Santa. A lo largo de los años han ido organizándose distintas procesiones pero sin ninguna duda, la Magna procesión del Santo Entierro es el origen y raíz de nuestra Semana Mayor. 

Si lo trasladamos a nuestra cofradía, también es el día principal para todo cofrade magdaleno. Este año además se cumplía el 73 aniversario desde que salía nuestro paso, coincidiendo incluso en el día, (15-04-1949 / 15-04-2022).






A las 18:15h toda la cofradía en pleno se reunía en la capilla del Carmen para sacar el paso de María Magdalena. Una vez fuera y tras los honores de la sección de instrumentos, los pasos del Cristo de las Ánimas y del Encuentro arropaban a nuestra imagen antes de iniciar la procesión.

Mientras, de nuevo, la plaza del Mercado mostraba sus mejores galas como cada Viernes Santo. 

La espera este año se hizo eterna ante la ansiedad y ganas por comenzar. Aunque esta espera también ayuda a descubrir y encontrar respuestas a muchas de las preguntas que un cofrade se va haciendo a lo largo del año. 


De repente entre el bullicio, la Oración del Huerto inicia su caminar. Llegó la hora, hay que ponerse el capuz y ocupar cada uno su sitio, comienza la procesión. María Magdalena y las penitentas son las protagonistas. Sin darte cuenta ya estás dentro de un recorrido hasta la bandera y abarrotado como nunca antes se había visto. Cada metro que recorro es una tormenta intensa de emociones que con dificultad intento controlar y gestionar. Por un instante, la parada en el Ateneo te hace volver a la realidad. Ya, en Rodríguez Paterna, honores de toda una cofradía a la gran labor social de la Cocina Económica y al fondo el Hospiral General. María Magdalena ha vuelto a subir hasta su puerta. No podía faltar su visita a los enfermos y también arropando y agradeciendo a los profesionales sanitarios su trabajo y servicio. Gracias a todos por este humilde y sentido gesto, haciendo posible vivir unos minutos tan conmovedores y trascendentales.


Alcanzamos la calle del Marqués de San Nicolás, mi tramo favorito. Siempre lo ha sido, ayudándome a meditar profundamente, a pensar “en mis cosas, desvelos e ilusiones”, meditación, silencio, oración…, intentando encontrar respuestas a tantos porqués e interrogantes.

Una nueva jota junto a la iglesia de Palacio me hace caer en la cuenta que el recorrido se va acortando y sin darme cuenta ya estamos girando en la Merced. El aliento de la gente, hace que “aterrice” mientras el ritmo decrece.

Nunca se quiere acabar y este año menos aún. Cada metro recorrido se disfruta como si fuera el último y a pesar del cansancio aún hay fuerzas para continuar el tiempo que hiciera falta. 


Recordamos a todos los cofrades que ya no están con nosotros en la Villa de Madrid. Parada en el Círculo y al fondo, la concatedral. Allí nos esperan todas las secciones de la cofradía, haciendo pasillo y como al comienzo María Magdalena y las penitentas son las protagonistas. La procesión ha terminado, abrazos, lágrimas, felicidad, cansancio, satisfacción... y sobre todo sentimiento de orgullo, al ser un año más los elegidos por María Magdalena para ser sus pies y acompañarle por las calles de nuestra ciudad.


Y así transcurrió la Semana Santa de 2022, la querida y soñada por todos: enternecedora, necesaria y reconfortante. Días para hacer cofradía y comunidad. Este “reencuentro” tan necesario, nos ha hecho volver a sentir que somos una familia y que nuestra cofradía sigue latente y con mucha vida. 

También ha sido increíble como este año la ciudad y visitantes se han volcado con nuestra Semana Santa. El apoyo y afluencia han sido extraordinarios. Nunca antes había apreciado tanta gente en las procesiones, sintiéndonos tremendamente arropados. Ahora toca mantener lo conseguido y en la medida de lo posible mejorarlo.


Y esperemos que todo lo sentido y vivido, nos anime a reflexionar y ayudar a todos aquellos “pasos” que cada día se cruzan en nuestras vidas. A entender y comprender que siguen existiendo situaciones complejas y duras de asumir pero el mensaje que nos trasmite Cristo, al igual que lo hizo con María Magdalena, es que juntos lo superaremos y lograremos, tengamos fe.


¡Santa María Magdalena, ruega por nosotros!