sábado, 16 de diciembre de 2017

¡FELIZ NAVIDAD!




Ya está llamando a nuestras puertas. Un año más se acerca la Navidad, buen momento para frenar, aparcar a un lado el ritmo vertiginoso de nuestras vidas y parar a reflexionar sobre el significado de la Navidad.

Probablemente nos lleguen recuerdos de nuestra infancia, olores, sonidos,…, y, lleno de felicidad y ternura. Con otros de tristeza al recordar a todos aquellos seres queridos que ya no están presentes con nosotros y que tanto echamos de menos. 


Cada recuerdo será distinto pero si realmente vivimos la NAVIDAD con mayúsculas, todos coincidiremos en que es una de las festividades más importantes del cristianismo. Y es que en estas fechas lo que realmente celebramos es el nacimiento de Jesús. Suceso que en nuestra sociedad se intenta obviar e incluso eliminar, como si nos avergonzáramos de ello, convirtiendo la Navidad en algo minúsculo, superficial, comercial y sin sentido. 

“¡Navidad es contemplar la visita de Dios a su pueblo! ¡Es un encuentro! ¡Es el encuentro con Jesús! Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el corazón, con la vida; encontrarlo vivo, como Él está; sentir la alegría de ser encontrado por el Señor y encontrarlo con fe. Este es el encuentro que nosotros queremos: ¡el encuentro de la fe!

¡La Navidad es un anuncio de alegría! ¡Es la encarnación y la raíz de la alegría! ¡La Navidad es alegría, alegría religiosa, alegría de Dios, interior, de luz, de paz! Cuando no se tiene la capacidad o se está en una situación humana que no te permite comprender esta alegría, se vive la fiesta con alegría mundana. Pero entre la alegría profunda y la alegría mundana hay mucha diferencia. Y a esa alegría, que es la alegría del Evangelio y su dinamismo misionero, todos estamos llamados y todos hemos de encaminarnos.” Papa Francisco.

¡¡FELIZ NAVIDAD!!