sábado, 21 de diciembre de 2013

¿Pasar por el quirófano?



A todos nos da respeto y temor el tener que pasar por el quirófano. Por mucho que avance la cirugía el trato con los galenos cuanto más lejos mejor. Distinto debe pensar nuestra imagen y seguro que no se lo pensaría dos veces para entrar en el taller de restauración. 

¿La veremos algún día restaurada?
Hace ya tiempo que en la Cofradía se abrió el debate de su posible restauración, todo el mundo no duda en llevarla a cabo pero hasta día de hoy no se ha hecho nada. Bajo el mandato de Ángel Castillo “la Magdalena pequeña” fue restaurada y todos pensamos que seguidamente sería el turno de la grande pero la factura de “la pequeña” fue tan elevada que el proyecto fue aparcado. 

Magdalena "pequeña" restaurada
Una nueva Junta casi lo consigue. El Cabildo de la Concatedral tenía claro que la restauración de la talla solo la debía hacer el Taller Diocesano de Restauración de Obras de Arte de la Diócesis de Calahorra-La Calzada y Logroño. La Junta quería tener una opinión distinta a la de los técnicos del taller y un profesional independiente valoró la situación de la imagen. Su veredicto no fue malo ya que los problemas que presentaba eran los propios provocados por su antigüedad, aún así, él creía que una restauración era necesaria. Entonces apareció el gran problema, el presupuesto. La cuantía a pagar era elevadísima, se buscó financiación, ayudas, subvenciones, etc…, pero nadie dio una peseta y eso que por entonces no había crisis. Las distintas Juntas que han ido pasando siguieron buscando financiación pero a día de hoy no se ha conseguido nada. 

¿Habrá milagro?
                                             Antes y después de la Magdalena de Mena:

Sin restaurar

Sin restaurar

Restaurada

Tan sólo nos queda un milagro y que alguna entidad, organismo o particular generoso desee donar alguna cuantía para hacer realidad el sueño que todos deseamos. El poder ver la imagen de Santa María Magdalena como si saliera del Taller de Gaspar Becerra en 1550 y si no sirva de ejemplo el antes y después de la Magdalena Penitente de Pedro de Mena hecha en 1664.

Así que a horas del sorteo de Navidad esperemos que el número de la Cofradía de este año nos traiga suerte y podamos de una vez por todas restaurar nuestra querida imagen. Y sino fuera así, ¡¡SALUD PARA TODOS Y FELIZ NAVIDAD!!

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

viernes, 6 de diciembre de 2013

De visita.

Será por defecto pero siempre que acudo a Madrid busco un momento para ver a dos de las Magdalenas que son un referente en la escultura de nuestro país. La primera de ellas está en el Monasterio de las Descalzas Reales siendo su autor Gregorio Fernández y la otra está en el Museo del Prado cuyo escultor fue Pedro de Mena.
En la escultura de Gregorio Fernández vemos a María Magdalena de pie con sayal de penitente, pelo suelto y llevando su mano derecha al pecho mientras con la izquierda sostiene un crucifijo al que dirige su mirada. Un libro entreabierto y calavera aparecen sobre una peana que simula ser de piedra. Esta obra influyó mucho a Pedro de Mena, ya que la utilizó como ejemplo para materializar la suya.
María Magdalena -Gregorio Fernández-
La Magdalena de Mena ha tenido una azarosa historia. Es un encargo de los Jesuitas para su Casa Profesa de Madrid. Cuando son expulsados de España en el 1767, su casa pasó a ser oratorio de los filipenses y en 1835 la imagen fue trasladada a las Salesas Reales. De allí pasó al Prado en el año 1921. En 1933, al ser convertido el Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid en Museo Nacional de Escultura, la obra fue depositada en él hasta el 1988, volviendo al Prado donde actualmente permanece. 
Casa profesa de los Jesuitas -Madrid-
 La originalidad de la obra se aprecia en el rostro, pelo y manos que dramatizan por sí solos toda la escena, en medio de la austeridad del ropaje y de la sencillez en la composición. Como es habitual en esculturas de la Santa, la expresión se concentra en la cara: labios entreabiertos, cejas arqueadas, pelo pegado a la estera y la mano conteniendo el corazón que parece salírsele del pecho. Expresión que aumenta en la mirada hacia el crucifijo, cargada de fervor y de un amor sobrehumano que parece aislarla del entorno, o lo que es lo mismo, del mundo terrenal. También los colores insisten en esa sencillez, con una policromía de tonos ocres suaves, haciendo de esta escultura la más exacta expresión del arrepentimiento.
María Magdalena -Pedro de Mena-
María Magdalena -Pedro de Mena-
Al observar la Santa de Pedro de Mena, uno siente aislarse del gentío que se encuentra en el Prado alcanzando un estado de paz y tranquilidad similar al que encuentro en mis visitas a la Magdalena de La Redonda. 
Así que si en fechas próximas tenéis en mente ir a Madrid, no olvidéis pasaros a visitar estas dos Magdalenas, su visita merece mucho la pena.