viernes, 6 de diciembre de 2013

De visita.

Será por defecto pero siempre que acudo a Madrid busco un momento para ver a dos de las Magdalenas que son un referente en la escultura de nuestro país. La primera de ellas está en el Monasterio de las Descalzas Reales siendo su autor Gregorio Fernández y la otra está en el Museo del Prado cuyo escultor fue Pedro de Mena.
En la escultura de Gregorio Fernández vemos a María Magdalena de pie con sayal de penitente, pelo suelto y llevando su mano derecha al pecho mientras con la izquierda sostiene un crucifijo al que dirige su mirada. Un libro entreabierto y calavera aparecen sobre una peana que simula ser de piedra. Esta obra influyó mucho a Pedro de Mena, ya que la utilizó como ejemplo para materializar la suya.
María Magdalena -Gregorio Fernández-
La Magdalena de Mena ha tenido una azarosa historia. Es un encargo de los Jesuitas para su Casa Profesa de Madrid. Cuando son expulsados de España en el 1767, su casa pasó a ser oratorio de los filipenses y en 1835 la imagen fue trasladada a las Salesas Reales. De allí pasó al Prado en el año 1921. En 1933, al ser convertido el Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid en Museo Nacional de Escultura, la obra fue depositada en él hasta el 1988, volviendo al Prado donde actualmente permanece. 
Casa profesa de los Jesuitas -Madrid-
 La originalidad de la obra se aprecia en el rostro, pelo y manos que dramatizan por sí solos toda la escena, en medio de la austeridad del ropaje y de la sencillez en la composición. Como es habitual en esculturas de la Santa, la expresión se concentra en la cara: labios entreabiertos, cejas arqueadas, pelo pegado a la estera y la mano conteniendo el corazón que parece salírsele del pecho. Expresión que aumenta en la mirada hacia el crucifijo, cargada de fervor y de un amor sobrehumano que parece aislarla del entorno, o lo que es lo mismo, del mundo terrenal. También los colores insisten en esa sencillez, con una policromía de tonos ocres suaves, haciendo de esta escultura la más exacta expresión del arrepentimiento.
María Magdalena -Pedro de Mena-
María Magdalena -Pedro de Mena-
Al observar la Santa de Pedro de Mena, uno siente aislarse del gentío que se encuentra en el Prado alcanzando un estado de paz y tranquilidad similar al que encuentro en mis visitas a la Magdalena de La Redonda. 
Así que si en fechas próximas tenéis en mente ir a Madrid, no olvidéis pasaros a visitar estas dos Magdalenas, su visita merece mucho la pena.

1 comentario:

  1. Quería darles mi enhorabuena por este estupendo blog. Leyendo este artículo, me ha surgido una duda sobre la ubicación de la "Magdalena Penitente" de Pedro de Mena, ya que siempre había creído que se encontraba en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y no en el Museo del Prado. Gracias por su atención y nuevamente mis felicitaciones por el trabajo que hacéis desde estas páginas.

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