Llega Navidad, ¿verdad? Pero..., ¿llega Navidad o navidad? O quizá, ¿llegan las fiestas de invierno?
Por lógica, todos debiéramos coincidir en que es una de las festividades importantes del cristianismo. Lamentablemente en una sociedad cada vez más escasa de valores y avergonzada más aún si estos son religiosos católicos, celebrar Navidad, se ha convertido en un mero acto social-festivo. Pero no por ello, debemos obviar su origen.
Tristemente hemos cambiado valores fundamentales en nuestras vidas por los mensajes de un tal Mr Wonderfull, “que llena más y nos hace sentir felices guays y happys”, para no enfrentarnos a la realidad. Y claro, no hay nada como tener una “navidad vacía”. Al ir eliminando a lo largo de los años su sentido religioso, estas fechas se han convertido en algo minúsculo, superficial y comercial. Del mismo modo, nos han interiorizado, que no hay nada más extraordinario como unas navidades laicas, llenas de regalos, comidas y cenas de empresa, consumismo, … y, sobre todo vacías de contenido, sin sentido. Porque lo religioso ya no se lleva, como es algo retrógrado y por supuesto nada progre, no nos sirve para nada y debemos evitarlo, .... y hemos llegado a esto: a unas navidades de anuncio de Coca-cola.
Por ello es importante tener unos valores religiosos fuertes, para evitar todo lo anteriormente expuesto e impedir que el huracán nos lleve por delante.
Aun con todo y con ello tenemos una nueva oportunidad para vivir realmente Navidad y dar la vuelta a este sinsentido. Celebrándola como merece: El nacimiento de Jesús, el momento en el que Dios se hace hombre. El anuncio de la alegría, esperanza, paz y luz. El encuentro con Jesús que de nuevo nos llama a nuestro corazón buscando posada y refugio.
¡FELIZ NAVIDAD!
