Y por fin …, ¡¡RESTAURACIÓN!!

Expectantes y ansiosos esperábamos la Asamblea General Extraordinaria, tan sólo con un único punto en el orden del día pero de gran importancia. 

La Asamblea comenzaba con el saludo y presentación del nuevo párraco y presidente del cabildo de la concatedral, don Víctor Manuel Jiménez López de Murillas. Sus palabras han sido alentadoras y en cierto modo, transmitió apoyo, ánimo, implicación y “energía”. A la vez portaba en sus manos una carta cuyo remitente: Delegación de Patrimonio Cultural de La Diócesis, traía una gran noticia. 

La Hermana Mayor, leía con gran emoción la “buena nueva”: el visto bueno desde La Diócesis para realizar la restauración de la imagen de santa María Magdalena Penitente. Y es que, desde que don Víctor llegara a la concatedral en el mes de octubre, todo han sido facilidades para lograr el objetivo. Lo que durante varios años fue una quimera, en menos de cuatro meses se ha hecho realidad. Tras el voto por unanimidad de los cofrades presentes, las buenas noticias continuaban y la responsable de la restauración: Belén Hernández León, comenzará su trabajo la próxima semana y la imagen estará totalmente restaurada para esta Semana Santa.

Junta de Gobierno el pasado 28 de enero de 2023 y don Víctor M. Jiménez, protagonistas e impulsores de la restauración de la talla de santa María Magdalena

Había más y se presentaba la reforma y mejora de la estructura metálica de las andas e instalación eléctrica. Con el paso del tiempo el “esqueleto” de aluminio presenta una serie de “desajustes” en la estructura, preocupando dos de las cuatro patas de sujeción siendo necesaria su reparación. Y a la vez es de total necesidad el cambio de baterías por unas de tecnología de litio y la modificación de la instalación eléctrica junto con el cuadro eléctrico.  

Todas estas reformas van a suponer un gran desembolso económico. Por ello la Junta de Gobierno encabezada por su Hermana Mayor Marimar Cestafe, ha presentado un plan económico para financiar los “gastos”. Como en su día se hizo con las actuales andas, (ya lo comentábamos aquí en 2013), los cofrades voluntariamente aportarán la cantidad económica que deseen a modo de préstamo y la cofradía devolverá ese dinero prestado a los cofrades que así lo deseen. 

El esfuerzo por parte de todos va a ser fuerte pero la ocasión así lo merece. Tras tantos años de espera y gracias al trabajo de distintas Juntas de Gobierno, al final el sueño se hará realidad.

¡Felicidades hermanos!

¿Solución al fin?

El 2 de noviembre de 2019 fue la última vez que escribía sobre la necesidad de buscar una solución para restaurar la imagen de santa María Magdalena y tras muchos años de lucha parece que nos aproximamos a ver luz, al final del túnel.

Todos sabemos que desde hace tiempo se ha hecho un gran esfuerzo por lograrlo pero al final todo quedaba “en agua de borrajas”. Nadie dudaba en su realización pero siempre había un obstáculo o un “pero”para hacerlo.

Siendo Hermano Mayor Ángel Castillo, “la Magdalena pequeña” fue restaurada y todos pensamos que seguidamente sería el turno de su “hermana mayor”, pero el sueño quedó parado. 

Hace nueve años un rayo de esperanza se iluminaba, parecía que la restauración iba en serio, expertos en la materia evaluaron la imagen. El veredicto: “Buen estado de conservación, presentando los problemas propios de su antigüedad pero siendo necesaria su restauración y evitar un empeoramiento de su estado”.

El informe se comunicó al párroco y cabildo catedralicio, hubo varias reuniones pero de nuevo todo parado. 

Y tras nueve años, el martes 17 de enero, una carta firmada por el secretario de nuestra cofradía, comunica que: 

“El próximo sábado 28 de enero se celebrará una Asamblea General Extraordinaria para tratar como único punto del orden del día: Restauración de la imagen y financiación si procede”. 

Estamos expectantes y ansiosos para que de una vez por todas se pueda restaurar como se merece esta gran obra de arte.

Año nuevo: ¿Nuevos retos?

Comenzamos un nuevo año, deseando y esperando que venga cargado de salud, paz y felicidad para todos. 

En cuanto al apartado cofrade llega otro año clave. Tras el “subidón” del año pasado, teniendo la Semana Santa soñada, con toda una ciudad volcada y arropando a las cofradías y por ende a los cofrades, ahora toca mantener lo conseguido y en la medida de lo posible mejorarlo. Pero uno observa lo ocurrido desde abril y todo se resume en: ausencia y silencio. Y para colmo lo poco que se “ha escuchado”, ha sido negativo y preocupante, (situación de la Hermandad: problemas económicos, …).

Visto el panorama, podemos apreciar que seguimos sumergidos en un túnel al cual no vislumbramos salida y para colmo “los problemas aumentan y crecen”. Cuando hablo con conocidos de esta situación, (incluyo en ellos a cofrades de bien y con sentido común), todos defienden que “vivimos” desde hace muchos años una “crisis cofrade seria e incluso peligrosa”. 

Algunos observamos con incertidumbre y preocupación la desmotivación general: falta de cofrades, gente nueva..., poniendo en peligro el relevo generacional de nuestra Semana Santa, incluso poniendo en tela de juicio su futuro. Y sino sirvan de ejemplo las “campañas publicitarias” buscando voluntarios para portar pasos o participar en las procesiones.

Pero para algunos: aquí, todo bien.  Siguiendo igual de incompetentes como hasta ahora buscando soluciones. Continuando con nuestra incapacidad de “abrirnos” a la sociedad y mostrar mayor cercanía. En otras lugares, se hacen infinidad de actos, procesiones, actividades,..., sintiendo envidia sana y tristeza por no hacer nada parecido en Logroño. Parece que la vida de nuestras cofradías, salvo alguna excepción, dura siete días y el resto …, así nos va... ¡Ah! Y cuando se pretende hacer algo todo son trabas o críticas.

Muchos aún no comprenden cuál es nuestra finalidad, ante esto, deberemos reflexionar al respecto y entonar también el mea culpa. Como muchos comentan en privado o en otros blogs: “En el mundo cofrade logroñés, faltan túnicas de penitencia y sobran trajes, corbatas, medallas y pines”.

Lo que sí tengo claro es que de nuevo este año tendremos que esforzarnos por cargar la cruz, aportando nuestro granito de arena para cambiar todo este sin sentido. Haciendo llegar el mensaje de esperanza de Jesús y María Magdalena a una sociedad tan inmadura, infantil y carente de valores.

Ojalá este 2023 sea el inicio del cambio, el cuál se dará si cada uno de nosotros tomamos en serio nuestra misión como cofrades.