lunes, 16 de agosto de 2021

Aún mucho por descubrir...

Mucho se ha escrito e investigado sobre María Magdalena y sin embargo nos queda mucho por conocer de ella. Lo que sí está claro es que tras pasar a lo largo de la historia por prostituta, (siendo el papa Gregorio Magno el que inicia este calificativo), desde mediados del siglo pasado la Iglesia Católica reconoció su santidad proclamándola santa y hoy es considerada, al ser elevado su estatus litúrgico por el papa Francisco, como “apóstola de los apóstoles”. Aun así, su vida sigue siendo un “misterio”.


A pesar de que fue ella quien descubrió la tumba vacía de Cristo, en el imaginario popular sigue siendo la mujer pecadora que arrepentida fue fiel seguidora de Jesús. En el libro que recientemente he leído sobre ella titulado: María Magdalena: percepciones desde la antigua Magdala. La autora J. Ristine, afirma que “la imagen de María Magdalena se ha creado en base a ficción, tradiciones y mal interpretación a través de los siglos, siendo muy difícil saber donde empezó esto. En los siglos XIV y XVI era retratada con el pecho al descubierto, cabello rubio o pelirrojo muy largo, en una época en la que a las cortesanas se les pintaba el pelo de color rubio. Aún así, es sin duda la mujer más citada en el evangelio, lo que significa que era una mujer muy importante, conocida e influyente y que además siempre aparece como líder.”

Para la escritora, “los restos arqueológicos de Magdala evidencian que procedía de una ciudad rica y las inscripciones sagradas y la Biblia mencionan que cuida a Jesús con sus propios recursos, por ello podemos defender que habría sido una mujer acaudalada. Fue una mujer influyente tanto en lo económico como en lo social. En lo económico porque era una mujer acomodada y en lo social porque a pesar de crecer y vivir en una sociedad religiosa estricta, decide romper esquemas y seguir a Jesús.Tenemos algunas pistas de su vida pero la verdad es que queda mucho por descubrir y desvelar hechos y verdades de uno de los personajes más misteriosos de los Evangelios, lo que está claro es que sí existió”.