Tras dos años “parados”, el mundo cofrade añoraba tiempos pasados y soñaba con la posibilidad de retornar a la tan deseada “normalidad” lo antes posible. Ahora esperamos con gran ilusión el mes de abril. Hay ganas por preparar pasos, trajes,…, algo que antes era de lo más normal pero que esta primavera intentaremos vivir con mayor intensidad.
El primer “jaque” a nuestra Semana Santa se ha logrado desbaratar. Después de dos Semanas Santas tan distintas, extrañas y difíciles, volvemos a la línea de partida y tenemos la oportunidad de caminar y avanzar porque de lo contrario nuestras cofradías no quedarían exentas de consecuencias muy graves y negativas.
Pero tampoco podemos obviar las dudas y temores ante lo que pueda suceder y no me estoy refiero al “virus”. Sino a las consecuencias del lastre pesado que ya cargábamos desde hace años que junto con la desmotivación generada por la propia pandemia, podría ser el segundo “jaque” a superar. Podemos encontrarnos sin gente para portar nuestros pasos, (como ya ocurría antes) y ver mermados nuestros números, haciendo imposible el tan necesario relevo generacional, peligrando la existencia de nuestras cofradías, tal y como conocemos a día de hoy.
Según lo que suceda, podrá ser o no un “jaque mate” encubierto.
Tampoco logro entender el afán autodestructivo entre cofradías e incluso dentro de ellas. Aunque visto, lo visto últimamente, debe ser parte de nuestra genética humana e ibérica.
Por ello, es fundamental dejar los conflictos a un margen y remar todos en la misma dirección. Hacer fuerza y frente común por nuestra Semana Mayor, promoviendo y luchando por un futuro mejor. Recuperarnos de la oscuridad en la que hemos vivido y vivimos, aprovechando esta nueva oportunidad para avanzar y crecer.
Inicio de la procesión del Silencio -Capilla de Los Ángeles 2008- |
Seamos fieles a María Magdalena y sigamos el camino que nos muestre. Nuestra cofradía, penitentas y devotos tendremos que desvivirnos por cargar la cruz y hacer llegar el mensaje de esperanza y vida que Jesús le transmitió. Siendo portadores del Evangelio, llenando de esperanza, protección e ilusión a todos los que se cruzan en nuestras vidas.
Aún así, ahora, ¡por fin! con más ganas que nunca, tenemos la oportunidad de vivir una experiencia única e irrepetible durante los próximos días. Algo difícil de comprender para aquellos que no han vivido la Semana Santa bajo un capuz.
¡Santa María Magdalena, ruega por nosotros!
Me encanta todo Lo que publicas, los vídeos, los comentarios tan ecertados y valientes. ENHORABUENA
ResponderEliminar¡Mil gracias Carlos!
Eliminar¡Ah! Y hagamos realidad nuestros sueños
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