Con la llegada del verano y con él las vacaciones, aumenta nuestro tiempo libre y así podemos disfrutar mucho más y con mayor tranquilidad de cada día. Si aún no tienes nada organizado ni preparado os animo a realizar una de estas dos visitas, que con toda seguridad no os defraudarán
La tercera Magdalena
Ya
conocemos las dos Magdalenas que están en la Concatedral pero existe una
tercera de gran valor. Se encuentra en la Sacristía y, es un maravilloso cuadro
de la Santa, obra del pintor logroñés Navarrete “El Mudo” y que para muchos es
desconocido.
Juan
Fernández de Navarrete nació en Logroño el año 1526, muriendo en Toledo el 28
de marzo de 1579. A los tres años tuvo una enfermedad que le dejó sordo y durante toda su vida
tuvo que sobreponerse a su minusvalía.
Pronto
Felipe II le encargó varios trabajos de restauración de cuadros entre otros
encargos similares. La adecuada resolución de estas tareas y la presentación de
un original, el Bautismo de Cristo, en 1567, le valió el 6 de marzo de 1568 ser
nombrado pintor del rey, cuya confianza logró ganarse frente a otros pintores
como Alonso Sánchez Coello, Luis de Morales o El Greco. Su obra más conocida y
considerada como culminante en su trayectoria, es el Martirio de Santiago de
1571.
Su obra es reducida pero importante y a la
vez supuso un punto de partida fundamental en el desarrollo de la escuela
española de pintura del Barroco.
El cuadro de Santa María Magdalena formaba
parte de una colección de pintura donada a La Redonda por don Juan Bautista de
Gamarra como aparece en el Libro de Actas Capitulares de La Redonda de
1807-1815.
El lienzo muestra a una Magdalena reclinada
como si fuera una Venus de cabellos rubios muy rizados y de contorno
exuberante. Sólo el crucifijo y el coro de ángeles aportan la nota religiosa a
la composición. El colorido es tenue creando una atmósfera fría.
No se trata de gozar con la sugerente postura femenina, sino de motivar más
bien la piedad.
De visita por Madrid
Será por defecto pero siempre que acudo a Madrid busco
un momento para ver a dos de las Magdalenas que son un referente en la
escultura de nuestro país. La primera de ellas está en el Monasterio de las
Descalzas Reales siendo su autor Gregorio Fernández y la otra está en el Museo
del Prado cuyo escultor fue Pedro de Mena.
María Magdalena - Gregorio Fernández |
Para ver la obra de Fernández es necesario visitar el Monasterio de las Descalzas Reales en pleno centro de Madrid. Una visita que sin duda merece mucho la pena y que recomiendo encarecidamente. La Magdalena de Gregorio Fernández influyó mucho a los escultores de la época y entre ellos a Pedro de Mena, ya que la utilizó como
ejemplo para materializar la suya.
La Magdalena de Mena ha tenido una historia azarosa y especialmente curiosa. Fue un encargo de los Jesuitas para su Casa Profesa de Madrid. Cuando son
expulsados de España en el 1767, su casa pasó a ser oratorio de los filipenses
y en 1835 la imagen fue trasladada a las Salesas Reales. De allí pasó al Prado
en el año 1921. En 1933, al ser convertido el Museo Provincial de Bellas Artes
de Valladolid en Museo Nacional de Escultura, la obra fue depositada en él
hasta el año 1988, cuando regresa a la capital siendo expuesta de nuevo en el Prado.
Magdalena Penitente - Pedro de Mena |
Magdalena Penitente - Pedro de Mena |
Al observar la obra de Pedro de Mena, uno se aisla del gentío que se
encuentra en el Prado alcanzando un estado de paz y tranquilidad similar al que
se puede sentir cuando estás frente a la Magdalena de La Redonda.
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