domingo, 5 de abril de 2015

DISFRUTEMOS DEL REGALO



Durante esta semana el silencio y tristeza percibidos nos iban anunciando que algo grande iba a ocurrir. En el interior de cada uno comenzaba a oírse el repicar de campanas de gloria, esperando el regalo que Dios ha dado a todos los hombres y mujeres.


María Magdalena mujer enérgica, impulsiva y cariñosa que estuvo al pie de la cruz. Tuvo el privilegio de ser la primera en ver resucitado a Cristo. Él honró su fe y le confió el primer mensaje de su resurrección.
¡Aleluya! Cristo resucita y de nuevo renace la esperanza de la vida.  


Procesión del Crito Resucitado

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
 
Evangelio según san Juan (20,1-9).




Saliendo del cementerio

Cristo ha resucitado entre los muertos,
con su muerte ha vencido a la muerte.
Y a los muertos ha dado la vida.  Así sea.

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