sábado, 20 de abril de 2013

Ahí, siempre te veré.

Dos son las imágenes que hay de María Magdalena en la Concatedral.
La primera de ellas es la llamada “Pequeña”. Esta imagen se encuentra expuesta en la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles, a mano izquierda del retablo de la Dolorosa y el Santo Sepulcro. Esta “Magdalena pequeña”, desde 1982 hasta el año 2000, salía en procesión el Viernes de Dolores junto a la Dolorosa de la Iglesia de Santiago.
La segunda es la talla donada por el Arzobispo de Burgos y Tarragona don Manuel Samaniego y Jaca. Desde su donación varios han sido los lugares en los que ha estado ubicada.
El primero de ellos fue un lugar privilegiado del altar mayor de la Concatedral. Como se puede apreciar en esta fotografía de comienzos del siglo XX, la imagen de la Santa estaba situada en la columna izquierda próxima al retablo mayor.


Hacia los años 60, la imagen se trasladó junto a la Sacristía. Concretamente entre el Mausoleo del General Espartero y la imagen de la Asunción. Allí estuvo hasta que durante la última década se realizaran las obras de rehabilitación de la Concatedral y cambiara su emplazamiento.

Actualmente puede ser visitada y venerada a mano derecha del cuadro del Calvario de Miguel Ángel Buonarroti.


En su enclavamiento parece querer esconderse del bullicio catedralicio y de los visitantes del cuadro del Calvario. Allí, al margen de todo permanece arrepentida, llena de dolor y en silencio espera la Resurrección de Jesús. Como nos cuentan los evangelios, en ningún momento abandonó a Cristo. Estuvo presente en su crucifixión y fue la primera testigo de su Resurrección, comunicando la noticia a Pedro y resto de apóstoles.
Allí, está esperando la llegada de un nuevo Miércoles Santo y sea trasladada a las andas que el Jueves y Viernes Santo portarán sus fieles en señal de penitencia.
Sí, ahí…, en un rincón, escondida,…, siempre te veré.






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