viernes, 24 de febrero de 2023

Restauración (IV)

El miércoles de ceniza y, ante la insistencia de mi hijo pequeño, entramos en La Redonda para ver según él, “a la Magdalena bañada”. Una perfecta definición de un niño de seis años de lo que es una restauración, …, ahí queda. 

Fotografía cedida por M. Cestafe 



La visita sin duda fue de lo más fructífera. En la capilla usada para la restauración, una cortina se entreabría y Marimar animaba a mi hijo a ver cómo Belen realizaba su trabajo. A partir de ahí, entre la Hermana Mayor, su hijo Mario y la restauradora iniciamos una conversación de lo más interesante: 


Y: Es increíble, ¡qué cambio!

HM: ¿A qué sí?

B: Gracias

H: Y…, cuándo la acaben, ¿cómo va a quedar?

Y: La van a dejar como estaba hace quinientos años.

HM: Me parece que no porque según Belén la talla no parece que sea del siglo XVI más bien del XVII.

B: Sí, pero queda mucho por investigar.  Pero…, ¿por qué afirmáis que es del s. XVI? ¿de dónde obtuvisteis la fecha?

Y: Toda la información que tenemos la hemos ido recabando de artículos del periódico La Rioja, también gracias a don Luis Gato, al padre de Marimar,…

B: Entiendo. 

Y: Además siempre ha habido un punto de misterio con esta talla ya que prácticamente no tenemos ningún dato documentado de ella.

B:¡Cierto! En lo poco que hemos investigado, sólo aparece un dato de ella en el XVII, tendré que indagar en los archivos de la diócesis.

Y: En cierto modo podría tener su lógica ya que don Manuel de Samaniego y Jaca (1679-1744) quien donó la imagen a La Redonda vivió entre el XVII-XVIII y por tanto podría ser que fuera encargada en ese periodo.

B: También comentáis que procede del taller de Gaspar Becerra.

Y: Sí pero tampoco tenemos datos fiables, siempre se ha atribuido a este taller pero…

B: Vale, continuaré investigando.


A todo esto Ugarte, (cofrade del Nazareno y creador del muy interesante  blog 12 portadores, y que invito a seguir y leer), se acercó a observar la talla, animándose incluso a intervenir en la conversación. Y entre datos, divagaciones y nuevas tecnologías para restaurar, llegamos al clavo del pelo, la argolla de la espalda y el cíngulo.


Argolla


Y: ¿Y la argolla?

B: No lo tengo muy claro, fue puesta como anclaje y es muy probable que la imagen estuviera en un retablo.

HM: Durante muchos años estuvo en la columna derecha del altar mayor, tenemos foto.

B: Y allí seguro que anclada a la columna.

M: También la utilizamos para asegurar la imagen en el paso ya que la atamos al tronco que lleva a su espalda en las andas.

Y: ¿Y el clavo en el pelo?

B: Lo tengo claro, se lo pusieron para tener otro punto de sujeción por eso no descarto que estuviera en un retablo.

Y: ¿Y el trozo de cíngulo que falta en el frente?

B: Puede que hubiera un anudado o lazada. Lo que fuera era sobrepuesto.


María Magdalena en la columna derecha del altar mayor. Hay una alta probabilidad de que la argolla fuera puesta para sujetar la imagen en la columna.

Como podemos apreciar en las siguientes tallas del s XVI-XVII, todas tienen un nudo.







Parte perdida del cíngulo  


Como veis, el proceso de restauración, está empezando a buscar respuestas a las muchas preguntas que siempre nos hemos hecho: ¿Sabremos su procedencia real, su autor, el siglo en el que se esculpió? Aunque también se generen otras:  ¿Por qué una argolla, un clavo y un cíngulo incompleto?

Esperemos que todas ellas tengan respuesta.

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