Ante la situación que estamos
viviendo a nivel mundial, transmitiros un mensaje de ánimo y energía
positiva para sobrellevar lo mejor posible este tiempo de lucha, resistencia y
espera.
Sin olvidar que no estamos solos, María Magdalena siempre está ahí, a
nuestro lado, en los buenos y malos momentos, siempre acompañándonos, nunca
dudéis acudir a ella y mucho menos ahora. Acojámosla a pesar de los vaivenes y
la crudeza de la vida porque siempre obtendremos tranquilidad, paz y luz. Por
todo ello, santa María Magdalena, ruega por nosotros.
Vamos a aprovechar estos días
de zozobra y atribulación para intentar distraernos un poco a través del blog.
Hoy nos vamos a centrar en la última entrada publicada:
¿Hemos perdido identidad y
sentido? ¿Hemos sabido adaptarnos a la sociedad actual? ¿Mantenemos encendida
la esencia auténtica de la Semana Santa durante todo el año o sólo unos días?
Así terminaba el anterior artículo y, después de intercambiar impresiones y
respuestas con algunos hermanos cofrades, éstos
insistían en que las plasmara por escrito. En otras palabras, que me
posicionase.
Cuando
hablamos de la identidad y sentido de nuestra cofradía, hay que viajar hasta el
pasado para conocer mejor el porqué de su existencia y del resto de cofradías.
Como
bien sabemos, en la cristiandad siempre se ha celebrado la
Semana Santa. En nuestro país esta Semana Mayor tiene mayor relevancia gracias
a las cofradías. En un principio sus orígenes tienen que ver con una mejor
organización laboral en gremios. Éstas se extienden por toda Europa y en
nuestro país durante el siglo XV se transforman en cofradías de Semana Santa.
Viernes Santo años 40-Historia de la Semana Santa de Logroño-Eugenio Ugarte |
La Semana Santa en nuestra
ciudad, al igual que en el resto del país, fue impulsada por los Franciscanos a
partir del siglo XV. Durante los siguientes siglos se fundan cofradías que con
el paso del tiempo van desapareciendo pero llegado el año 1889, se crea la
Cofradía de Jesús Nazareno, (siendo actualmente la más antigua de nuestra
ciudad). Esta cofradía, junto con fieles que sacaban otros “pasos”, son los
encargados de llevar a cabo la procesión del Viernes Santo hasta que se funda
la Hermandad de la Pasión y Santo Entierro en 1940.
La creación de la Hermandad
da mayor solemnidad a nuestra Semana Santa y a la vez unifica a la Cofradía de
Jesús Nazareno y a las personas que portaban los distintos “pasos”.
Entre los varios objetivos de
la Hermandad, principalmente destacan dos: La promoción y la participación en
la vida y misión de la Iglesia. Y
aumentar el número de cofrades. Éste último nunca se alcanzó y a día de hoy las
cofradías siguen arrastrando este pesado lastre. El año 1966 es clave, y la
Hermandad decide “abrirse”. Dejar a un lado el pasado y hacerse más cercana a
la sociedad, dando vía libre a la formación de cofradías dentro de ella
cumpliendo una serie de requisitos, entre ellos que éstas tengan un mínimo de
cincuenta cofrades.
Viernes Santo 1987 |
Con esta apertura, se empiezan a fundar nuevas cofradías y
en el año 1972, los integrantes que portan a María Magdalena hacen saber a la
Hermandad su intención de crear en un futuro una cofradía. El número de
hermanos que lleva la Santa a hombros aumenta y las varas se van quedando
pequeñas. Gracias a cofrades como Natalio Segura, José Cestafe, José Luis
Segura, Ángel Castillo, familia González Sarasa (padre e hijos), el “Pielero”
(padre e hijo), José Antonio Rodríguez, familia Olloqui, Miguel Ángel Martínez,
…, se decide dar el gran paso. En 1979 se instaura la Cofradía de santa María
Magdalena aunque hasta 1980 no procesiona como tal.
Viernes Santo 1991 |
Una vez llegados a este punto
deberíamos preguntarnos qué es una cofradía. Simple y llanamente, es una
asociación de fieles que representan una forma de presencia pública de la
Iglesia y dan un testimonio de la fe en nuestras calles. Siendo el centro de la
devoción la figura histórica de Cristo, su humanidad y misión.
Así pues, ser
miembro de una cofradía significa en primer lugar una forma de vida concreta de
participación en la vida de la Iglesia. El cofrade
auténtico sirve de custodia y comunicante de la fe, tan puesta en cuestión
y tan expulsada de la vida en nuestros días.
También ayuda a comprender el amor
de Dios, sabiendo que no cuestiona, sino que defiende la libertad de cada uno. Una
cofradía auténtica, enseña que la fe
en Dios, ilumina y cambia la vida profundamente. Éste es el principal objetivo que las cofradías deben cuidar por encima
de todo.
Ahora ya podremos responder
mejor a la primera pregunta, ¿hemos perdido identidad y sentido?
Desgraciadamente en gran parte creo que sí pero no ahora sino hace mucho
tiempo. Pertenecer a una cofradía es siempre una llamada nunca un lucimiento. Muchas
veces las cofradías sólo muestran expresiones culturales, artísticas,
folklóricas, personales e incluso de promoción turística de pueblos y ciudades.
¿Nos hemos sabido adaptar a la
sociedad actual? Según, en muchos aspectos hemos avanzado, pero en otros no. No
debemos olvidar que somos de vital
importancia en una sociedad carente de valores y mucho menos religiosos. Porque
tenemos la obligación de ser la expresión libre de una FAMILIA que cree con
pasión y manifiesta sin ningún tipo de miedo sus creencias.
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