Llegado abril, con la vista
puesta a mediados de mes y casi sin darnos cuenta estaremos preparando todo.
Llega Semana Santa y una vez más muchos de nosotros volveremos a añorar las “Semanas Santas de antes”, mientras
otros defenderán las de ahora. Esto no quiere decir que lo de antes fuera mejor
o viceversa, ni mucho menos. Lo cierto es que se sentía de un modo distinto y
cada vez más la invasión del “virus
sevillanización” en nuestra Semana Mayor, hace que me decante por las de
antes a las de ahora.
Lo que no puede cambiar es el
sentido fundamental de esta semana, centrada en la muerte y resurrección de
Jesús. Los creyentes celebramos estos días el acontecimiento más importante de
nuestra fe. Por todo ello, esta semana es una magnífica oportunidad para
hacer un alto y parar a reflexionar. En una sociedad cada vez más polarizada, muchos
sectores ponen en entredicho la celebración de la Semana Santa, ni siquiera la
respetan. Todos ellos deben saber que el interés cultural, tradicional y el de
todas las celebraciones que la rodean, es enorme e importante. Sin olvidar el
más importante de todos ellos, su religiosidad. Mantener y
potenciar su sentido religioso es primordial porque es en esa religiosidad donde se encuentra la esencia auténtica de la Semana Santa. Porque
gracias a ello, la Semana Santa seguirá viva y celebrándose en nuestras calles.
Asamblea General Ordinaria 30 de marzo de 2019 |
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