Ya se acerca la semana más
importante del año para los católicos y el mundo cofrade. Un año más y sin
darnos cuenta estaremos preparando pasos, imágenes, faroles, trajes,…
De nuevo los nervios y
prisas de última hora, reuniones para organizar y preparar,…, todo va en
consonancia con la sociedad actual. Ahora nuestro día a día es una carrera de
fondo por intentar hacer mucho aunque acabemos agotados y, sin saborear lo
mucho que nos ofrece cada día,…, optamos por la cantidad en vez de calidad.
Si lo trasladamos a la
Semana Santa, ocurre lo mismo y es que cada vez más lo vivido por los antiguos
de la cofradía no tiene nada que ver con lo que pasa actualmente. Esto no
quiere decir que lo de antes fuera mejor o viceversa, ni mucho menos pero
cierto es que se sentía de un modo distinto. Aunque lo que no puede cambiar es
el sentido fundamental de la Semana Santa, centrada en la muerte y resurrección
de Jesús. Es decir, los cristianos celebramos durante estos días el
acontecimiento más importante de nuestra fe.
Por ello, estos
días son una magnífica oportunidad para hacer un alto en el camino y
reflexionar. Ahora que muchos ponen en entredicho la celebración de la Semana
Santa, deben saber que el interés cultural, tradicional y el de todas las
celebraciones que la rodean, es enorme y muy importante.
Estas tradiciones tienen un gran
valor que distintas generaciones han ido heredando y en un futuro otras lo
harán. Mantener y potenciar su sentido religioso es primordial porque es en esa
religiosidad donde se encuentra la esencia auténtica de la Semana Santa.
Sin obviar que también posee una visión de “espectáculo” pero que si gracias a
ello la gente se aproxima a la faceta religiosa, bienvenido sea.
Aunque hay cosas que por mucho que
pase el tiempo no cambian y es que una vez más nos preparamos a vivir una
experiencia única. Difícil de explicar con palabras y complicado de entender
por aquellos que no han vivido la Semana Santa en su plenitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario