La
Navidad ya está llamando a nuestras puertas y con toda probabilidad recordaremos gratos momentos llenos de
felicidad, alegría y ternura. Mezclados con otros de tristeza al recordar a
todos aquellos seres queridos que ya no están presentes con nosotros.
El
recuerdo será distinto en cada uno de nosotros pero si realmente vivimos la
NAVIDAD, todos coincidiremos en que es una de las festividades más importantes
del cristianismo. Y es que en estas fechas conmemoramos el nacimiento de Jesús.
Suceso que nuestra sociedad actual, intenta cada vez más obviar e incluso
eliminar. Convirtiendo a la Navidad en algo minúsculo, superficial, comercial y
sin sentido.
Ojalá
que el Niño Dios que cada año llama a las puertas de nuestro corazón, encuentre
posada y refugio.
"La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del Amor. Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma. El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida. Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida. La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir. Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad. Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor. La estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor. Eres también los reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien. La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti. El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano. La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos. La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y restableces la paz, aun cuando sufras. La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti.” Papa
Francisco.
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