sábado, 15 de febrero de 2014

Un poco de poesía (II), ...



Después del poema de Luis Barrón, merece la pena leer el que José Luis Alonso dedicó a "su imagen preferida" y que fue publicado en el periódico La Rioja el año 1937. 
Su lectura atenta y pausada hace que los sentimientos que refleja el autor sean los propios del lector.

María Magdalena -Concatedral de Logroño-

 
En la noche estelar, atraviesa el desierto
misterioso y ardiente, la alegre caravana;
van jóvenes esbeltas de corazón abierto
y encorvadas ancianas de cabellera cana.

Pasan con sus riquezas astutos mercaderes
que trafican con todo lo que Arabia encierra
y pálidos armenios y nómadas mujeres
que atraviesan cantando la calcinada tierra.

Una de ellas tan sólo con gran tristeza llora
y afligidos suspiros de dolor exhala.
Esta fue en otro tiempo una gran pecadora
que se llamó en el mundo María de Magdala.

Su rubia cabellera, como ámbar marino,
ha enjoyado el desierto con un raro esplendor
que es reflejo en la noche del esplendor divino
porque con ella han ungido las plantas del Señor.

María Magdalena piensa que sus pecados
al igual que otros muchos que enturbian tantas vidas,
los ha sufrido un justo con los brazos clavados
con el cuerpo glorioso salpicado de heridas.

Y ella llora con pena porque una tarde ha visto
en la atroz pesadilla de un delito sin nombre
reflejarse el dolor en la imagen de Cristo
del martirio de un Dios y el martirio de un Hombre.
                    José Luis Alonso 1937


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