Después
del poema de Luis Barrón, merece la pena leer el que José Luis Alonso
dedicó a "su imagen preferida" y que fue publicado en el periódico La Rioja el año 1937.
Su
lectura atenta y pausada hace que los sentimientos que refleja el autor sean
los propios del lector.
María Magdalena -Concatedral de Logroño- |
En la noche estelar,
atraviesa el desierto
misterioso y ardiente,
la alegre caravana;
van jóvenes esbeltas de
corazón abierto
y encorvadas ancianas de
cabellera cana.
Pasan con sus riquezas
astutos mercaderes
que trafican con todo lo
que Arabia encierra
y pálidos armenios y
nómadas mujeres
que atraviesan cantando
la calcinada tierra.
Una de ellas tan sólo
con gran tristeza llora
y afligidos suspiros de
dolor exhala.
Esta fue en otro tiempo
una gran pecadora
que se llamó en el mundo
María de Magdala.
Su rubia cabellera, como
ámbar marino,
ha enjoyado el desierto
con un raro esplendor
que es reflejo en la
noche del esplendor divino
porque con ella han
ungido las plantas del Señor.
María Magdalena piensa
que sus pecados
al igual que otros
muchos que enturbian tantas vidas,
los ha sufrido un justo
con los brazos clavados
con el cuerpo glorioso
salpicado de heridas.
Y ella llora con pena
porque una tarde ha visto
en la atroz pesadilla de
un delito sin nombre
reflejarse el dolor en
la imagen de Cristo
del martirio de un Dios
y el martirio de un Hombre.
José Luis Alonso 1937
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