sábado, 18 de mayo de 2013



PROCESIÓN DEL SILENCIO Y DOLOR DE MARÍA MAGDALENA

 

Tras la Semana Santa del año 2000 los organizadores de la procesión del Viernes de Dolores deciden cambiar su composición volviendo a los orígenes de la misma. Esto llevó a la Cofradía de Santa María Magdalena a dejar de colaborar y participar, generando un sentimiento de tristeza y desánimo dentro de la misma.
Viernes de Dolores -1998-
En el seno de la Junta Directiva de la Cofradía y a iniciativa de Rubén Pérez Lázaro y Juan Ramón Jiménez Arechavaleta, se estudia la posibilidad de organizar una procesión propia. Ambos cofrades exponen la necesidad de crear una procesión distinta a las conocidas en nuestra ciudad. Basaban su idea en varios puntos de gran importancia:
1º- La procesión sería de carácter penitencial, acorde a los fines e identidad de la Cofradía. Teniendo como nombre: Procesión del Silencio y Dolor de Santa María Magdalena.
2º- Se haría en completo silencio. Posibilitando a la Sección de tambores y bombos portar el “paso”, asegurando así el relevo generacional de los portadores.
3º- Como símbolo de fraternidad y hermandad con el resto de cofradías, los acompañantes de éstas mayores de dieciocho años podrían también cargar a la Santa siempre y cuando lo pidiesen antes del inicio de la procesión.
4º- La hora de comienzo debía ser a las 23:55 horas del Jueves Santo saliendo en procesión a las 00:00 horas del Viernes Santo. El punto de partida sería la Concatedral de la Redonda recorriendo: Plaza del Mercado, Portales, Marqués de Vallejo, Hermanos Moroy, Capitán Gallarza, San Agustín, Plaza de San Agustín, Portales, Plaza del Mercado y  acabando de nuevo en la Concatedral.




    
La idea es muy bien acogida siendo aprobada en junta por el Hermano Mayor Isaac Castillo y resto de componentes de la Junta Directiva. En Asamblea General Extraordinaria los cofrades aprueban por unanimidad la nueva procesión.
El Hermano Mayor y los dos cofrades impulsores del desfile, gestionan su autorización con el Cabildo de la Concatedral y la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la ciudad de Logroño. Ambas partes apoyan y alaban la procesión del Silencio y Dolor de María Magdalena, ratificando su organización y afirmando que daría mayor realce y sentido a nuestra Semana Mayor. El júbilo en la Cofradía es enorme, al fin, tras duros y largos meses de trabajo se alcanza la meta deseada.                  

El 12 de abril de 2001 pasa a la historia de la Cofradía, como el día en que se celebra la primera procesión del Silencio y Dolor de María Magdalena. El resto de las Cofradías de la ciudad se vuelcan en el desfile acudiendo en masa como acompañantes. El silencio tan sólo es roto por el sonido de las horquillas, el golpeo del mazo y el arrastre de la enorme y pesada cruz que cargan los cofrades del Santo Sepulcro. La ciudad se agolpa en completo silencio durante todo el recorrido dando muestra de gran respeto y fervor. Cada año aumentan los fieles que asisten a la procesión y el número de miembros de otras cofradías que acompaña a la Santa se intensifica cada vez más.

Saliendo de la Concatedral -2008-

Por Marqués de Vallejo-2008-

Plaza de San Agustín -2008-



VÍDEO: Procesión del Silencio -2012-

Desde la Semana Santa de 2005 tiene lugar un momento único. La Cofradía del Descendimiento de Cristo de regreso con su “paso” titular a la Iglesia Imperial de Palacio coincide con la salida de Santa María Magdalena y sus penitentes. Un encuentro de gran seriedad y silencio, interrumpido por el rezo de las cofradías y el aplauso de los asistentes en señal de gratitud ante el instante vivido.
Cierto es que el sonido de los tambores y bombos da un toque distinto a los desfiles  pero la procesión del Silencio y Dolor de María Magdalena transmite a cofrades y concurrencia una sensación de paz, reflexión y meditación interna que no se encuentra en otras procesiones de nuestra Semana Santa.


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