Se aproxima la semana más
intensa y esperada por el mundo cofrade. Un año más estaremos preparando
imágenes, pasos, trajes,… Otra vez los nervios y prisas de última hora,
marcados por el feroz ritmo de nuestro día a día.
Nuestra vida a veces se
asemeja a una carrera agotadora que nos obliga a hacer infinidad de cosas
aunque acabemos agobiados, estresados, derrotados y sin gozar en absoluto de
ello, olvidando que cada amanecer es un regalo que merece ser disfrutado.
Estos días son una magnífica
oportunidad para hacer un alto en el camino y reflexionar. Ahora que algunos
ponen entredicho la celebración de la Semana Santa, deben saber que el interés
cultural, tradicional y el de todas las celebraciones que la rodean, es enorme.
Estas tradiciones entrañan
un gran valor que distintas generaciones han ido heredando y en un futuro otras
lo harán. Mantener y potenciar su sentido religioso es primordial porque es en
esa religiosidad donde se encuentra la esencia auténtica de la Semana Santa.
Sin obviar que también posee una visión de “espectáculo” pero que si a través
de esta curiosidad la gente se aproxima a la faceta religiosa, bienvenido sea.
Con la llegada de la Semana
Santa muchos optarán por el descanso vacacional y otros harán un alto en el
camino para vivirla de principio a fin, sintiendo cada momento sin velocidad ni
prisa. Optando por celebrar profundamente el acontecimiento más importante de
nuestra creencia y fe: la muerte y resurrección de Cristo.
Un año más nos preparamos a
vivir una experiencia única e irrepetible. Difícil de explicar y complicado de
entender por aquellos que no han vivido la Semana Santa bajo un capuz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario