A
muchos fieles la imagen de María Magdalena les trasmite diversas sensaciones y
sentimientos. Si dentro de esos devotos hay literatos, con toda probabilidad
alguna de sus obras, estará centrada en ella. Esto les pasó a dos conocidos
escritores de nuestra ciudad, dedicando a la imagen de la Magdalena sendos
poemas.
Hoy
vamos a centrarnos en el poema dedicado por el poeta logroñés Luis Barrón Urién.
El autor decide utilizar la poesía y no otro recurso literario para expresar sus
sentimientos hacia la imagen. Haciendo que las palabras no sean palabras sino
sentimientos y quien las lea sienta lo mismo que quien lo escribe. Y es que la
poesía no está escrita en papel sino en el corazón de quien la escribe y de
quien la lee.
A María Magdalena
¿Qué mago le ha
inspirado el soplo de su vida?
¿Qué cincel ha latido
junto al rictus doliente
de la sierva de Cristo,
del alma arrepentida
que ungió los pies del
Justo en su morena frente?
Sus cabellos son unas
ramas de un desmayo deshecho,
su cabeza es la tumba de
sus muertos pensares,
y la mano que oprime su
fastidiado pecho
es dique que contiene
sus amargos pesares.
Pero donde el artista
dio sus toques geniales,
el lugar que sus manos
consagrara inmortales,
donde oprimió el zarpazo
de arte y de su amor,
está en la prodigiosa
faz de la Magdalena,
en donde las pasiones se
han convertido en pena
y el mundano deleite ya
es divino dolor.
Luis Barrón Urién, 1941
¡¡FELIZ AÑO!!
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