Comenzamos un nuevo año y
esperemos que esté lleno de felicidad y salud para todos. Un nuevo año que
llega con la esperanza de ver luz ante tanta oscuridad, no sólo de la COVID
sino también de tantos virus que son más crueles y dañinos.
En cuanto al apartado cofrade llega un año en el que de nuevo tendremos que esforzarnos por cargar la cruz y aportar nuestro granito de arena para cambiar esta sociedad tan infantil y carente de valores.
Ahora más que nunca somos faros que debemos iluminar. Somos necesarios para auxiliar, transmitir paz, esperanza y fe. Nuestras procesiones este año tienen que estar focalizadas en estos aspectos. Nuestra labor tiene que estar junto a aquellos que más nos necesitan y padecen el dolor de la desesperanza. Ahora más que nunca debemos ser los portadores del Evangelio para que cada día iluminemos a aquellos que necesitan de nuestros “pasos”, protección, favor y atención.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.